jueves, 26 de agosto de 2010

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Sentada en el suelo, con la espalda apoyada en la pared. En su regazo el cuadernillo y en su diestra el bolígrafo.


"Deseo vehemente perderme en un bosque...frío, silencioso, oscuro... Que las hojas de los árboles dejen pasar trémulos rayos plateados de luna, que iluminen el suelo de hierba y hojas."


Cierra los ojos, apoyando la cabeza en la pared, y empieza a hablar en un susurro, dejando de escribir:


-Se escuchan los grillos...y el suave murmullo del viento. Cierro los ojos y toco con mis manos los rugosos troncos de los árboles...


Se para a escribirlo, y mientras escribe, sigue hablando en susurros:


-Una lágrima rueda en silencio..se vuelve fría al contacto con la brisa...se seca y desaparece. Todo desaparece...engullido por la oscuridad, el silencio... La angustia se hace dueña...


Deja de escribir y de hablar un momento, intentando enfocar las palabras que ya había escrito. Sigue:


-Pero deseo volver a sonreír...lo anhelo... ¿Busco el bosque para acallar mis lágrimas, para que nadie me vea llorar? No. Voy al bosque intentando acallar mis lágrimas, buscando un hombro en el que hundir mi cara para que nadie me vea llorar...


Suspira y cierra el cuadernillo, sin decir más. No podía decir más.

2 comentarios:

  1. pequeña, todos tenemos nuestro bosque de soledad donde nos refugiamos para protegernos de la tormenta, pero ahí dentro solo estas tu misma, si buscas un hombro donde hundir tu cara, solo lo podrás hallar cruzando esa tormenta. con la lluvia y tu determinación podrás camuflar las lagrimas hasta que encuentres ese hombro. y cuando lo hagas, te sentirás orgullosa de ti misma por haber luchado por ello.

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  2. Es lo que tienen los trovadores. No te puedes fiar de ellos.

    A ver si apareces y me cuentas que tal el japan weekend. ¡Qué envidia me das!

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